Por Marco Arru (*)
Si bien hay antecedentes de la pasta ya en la prehistoria, no tienen nada que ver con lo que conocemos como la pasta moderna que tiene sus raíces en los pueblos etruscos y Grecia, y luego en la época romana alrededor del 100 aC.
Recién en el año 1100 de la Edad Media es que existe documentación de la primera fábrica de pasta seca de la historia.
Finalmente, fruto de la demanda del comercio por mar y la necesidad de que la pasta pueda resistir largas travesías, a principios del siglo 19, comenzó la popularidad de la pasta seca por sobre la pasta fresca. También en ese siglo sucede el “matrimonio” de la pasta y la salsa de tomates.
El ritual italiano
La cocina italiana es aclamada universalmente como una de las mejores del mundo, por su magistral combinación de ingredientes de altísima calidad, simplicidad de preparación (lo que no significa falta de gusto), pasión y también sentido estético.
Pero, tal vez el ingrediente por excelencia que hace especial a la cocina italiana es su capacidad para conectar a las personas alrededor de una comida, transformando cada momento en la mesa en una experiencia de convivencia inolvidable. Entre un bocado y el otro, la comida se vuelve un instrumento de comunicación y la mesa, un lugar donde se comparten valores.
Sin ánimo de equivocarnos, podemos afirmar que Italia, como cuna de la pasta, ha visto evolucionar este alimento desde sus humildes comienzos hasta convertirse en un símbolo gastronómico mundial. La pasta italiana no es solo un alimento básico; es una expresión de cultura, historia y creatividad.
Uno cada cuatro platos es italiano
En la Italia moderna, la pasta sigue siendo un elemento central de la vida cotidiana. Las familias italianas suelen comer pasta varias veces a la semana, y los chefs italianos continúan innovando con recetas y combinaciones de sabores.
La producción de pastas en el mundo supera los 17 millones de toneladas e Italia es el primer productor mundial con casi cuatro millones de toneladas, de las que exportan más de la mitad. Lo ayuda su liderazgo mundial en la producción de trigo de grano duro rico en vitamina K, con una alta cantidad de carbohidratos, alto contenido de gluten y proteína.
Los italianos también lideran el ranking de consumo, con alrededor de 24 kilos anuales por persona.
En el caso de Argentina, se evidenció un aumento del consumo de pasta post pandemia que nos llevó a un consumo anual de más de nueve kilos por persona.
Argentina – Italia: las diferencias
La pasta, en sus diversas formas y preparaciones, se convirtió rápidamente en un elemento fundamental de la dieta argentina, adaptándose y evolucionando en un nuevo entorno. Además, la disponibilidad de ingredientes locales ha permitido a los cocineros argentinos experimentar y crear nuevas versiones de platos clásicos.
Mientras que tradicionalmente en Italia, el plato de pastas, es uno de tres pasos: entrada o Antipasto, Il Primo (pasta) e il Secondo (carnes) y la porción es de solamente 100 gramos de pasta, para nosotros, como plato único, seguramente es de casi el doble.
Preparar pasta fresca es un ritual que va más allá de la cocina. Es una actividad familiar que involucra a varias generaciones, desde los abuelos hasta los nietos, fortalece los lazos familiares y transmite conocimientos y tradiciones de una generación a otra. Los domingos son particularmente especiales, con familias reuniéndose para compartir un plato de pasta, un momento de comunión y disfrute que refleja la calidez y la hospitalidad argentina.
Córdoba lo celebra
La séptima edición de la Semana de la Pasta en Córdoba, organizada por Circuito Gastronómico, fue una gran oportunidad para homenajear esta tradición y al mismo tiempo un espacio de intercambio entre profesionales, cocineros, emprendedores gastronómicos y amantes de la cocina. Un lugar de encuentro para compartir ingredientes y técnicas, aromas y sabores, texturas y presentaciones.
El torneo se instaló como una instancia para seguir creciendo profesionalmente y hasta conmovernos por el llanto de una de las ganadoras que, emocionada hasta las lágrimas, agradeció la distinción como un premio al trabajo de toda una vida.
Tenemos toda una semana para celebrar. Buon appetito!
(*) Marco Arru es ítalo argentino, especialista en Comunicación Organizacional, representante de DIGIMPEX Importadora y Distribuidora exclusiva de Divella en Argentina y de muchos otros productos Made in Italy. Amante de la gastronomía, viajero, curioso, aventurero, multiplicador y entusiasta.
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