Cómo fue el Wine Tour con Ernesto Catena

(*) Por Roberto Colmenarejo

 El pasado jueves 25 de julio estuvimos nuevamente en el Wine Tour del hotel Sheraton Córdoba. En esta oportunidad, la bodega anfitriona fue Ernesto Catena Vineyards, quién de la mano de su gerente comercial, Ezequiel Centanin, nos presentó novedades y las añadas más actuales de sus productos clásicos.

La recepción comenzó puntualmente a las 21.30 hs, con variados aperitivos en forma de “selección de canapés y calentitos”; un clásico del hotel donde la cocina muestra sus inspiradas preparaciones en miniatura (destacados el shot de crema de pimientos asados y la tarteleta crocantes de hongos). Para acompañar estos bocaditos se sirvió el Animal  Brut Nature ($89), un espumoso muy liviano y frutal de burbuja fina y cosquilleante. El vino acompañó con amabilidad los amouse-bouches, permitiendo que sus sabores se mostraran en plenitud.

A eso de las 22.15 hs. pasamos a las mesas, para rápidamente ser servidos con el primer paso del menú. El mismo consistió en una “crema de calabazas y hongos, con pincho de langostinos marinados y corazones de palma asado”, un plato definitivamente invernal, pero de textura delicada y sabor levente dulzón. Fue presentado junto al Masi Passo Blanco Pinot Grigio-Torrontés 2012 ($65), un blanco diferente e interesante, de aromática floral, herbácea y frutal fresca (cítricos, melón, duraznos, damascos). En la boca es vibrante y fluido, con buena acidez y un leve amargor final que invita otra copa. ¡Plato y vino exquisitos, unidos en una notable armonía! 

La cena continuó luego con un “cordero confitado en pasa philo con crema de arvejas y menta”, un plato original y creativo con el cordero en un excelente punto de cocción. Para acompañar se sirvió el Animal Pinot Noir ($85), un buen ejemplar de la variedad, de aromas algo austeros que se mueven entre las pasas, las frutas secas y las especias; con una boca vinosa y liviana, de sabores secos y taninos imperceptibles. Otro acierto en el maridaje, balanceando las moderadas intensidades de plato y vino.

El plato principal fue un “Lomo con crujiente de semillas de zapallo, sobre risotto de quínoa”, una preparación clásica en base a carne vacuna, pero con el detalle del sabor y crocancia de las semillas. Para este plato -como era de esperarse por la presencia de carne roja- se ofreció el Tikal Malbec natural Orgánico 2011 ($207), un novel tinto de la bodega, de elaboración ecológica y buena tipicidad varietal. La nariz del vino es sumamente floral (violetas) y frutal madura (ciruelas, pasas) dando lugar a una boca muy amable y vivaz, de paso franco y sabroso, con taninos dulces y envolventes que sostienen una persistencia media. ¡Excelente combinación, para un casamiento perfecto!

Cerrando la velada, el postre fue un intenso y goloso “bourbon cafeinado», una especie de creme brulée fría aromatizada con whiskey y contrapunto de café. El vino que le hizo de escolta fue el Alma Negra Rosé ($169), un espumoso de uvas malbec -elaborado por el método tradicional- con un bellísimo color asalmonado. Ofrece una nariz de frutas rojas ácidas y suaves trazos de levaduras, que se complementa luego con una boca de cuerpo medio, sabor seco, burbujas delicadas y  gran frescura. Si bien el espumoso muestra una gran calidad e impecable factura, la cremosidad y dulzura marcadas del postre opacaron un poco sus nobles atributos.

Finalizando el evento no podían faltar -como es ya costumbre- los tradicionales sorteos, para que muchos invitados se fueran además con una botellita bajo el brazo.

El café y los petit-fours estiraron un ratito más la charla. Para cuando el reloj marcaba casi la una y media de la mañana dejamos el hotel para volver a casa, ordenar los apuntes para armar esta nota e ir a descansar… 

¡Hasta el próximo Wine Tour, nos veremos en agosto para seguir disfrutando de los mejores vinos junto a los mejores amigos!  

(*)Sommelier y docente – [email protected]

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