Por Nicolás Marchetti
Narda Lepes es, además de una de las cocineras más famosas del país, una chef creativa y carismática. Sorprende, enseña y genera momentos de disfrute con platos únicos.
Anoche compartió una cena espectacular en Standard 69, con la impronta de su nuevo restaurante, Narda Comedor: platos para compartir, servidos en el medio de la mesa (aptos para el “carancheo”).
El maridaje estuvo a cargo de bodega Santa Julia, con una serie de vinos poco conocidos por el gran público, muy destacados por cierto. El servicio, integrado por el equipo de Standard y parte de Narda Comedor, despachó 100 cubiertos para una cena que constó de 10 pasos. Uno más rico que el otro.
También tuvo servicio de vinos, a cargo de la sommelier cordobesa Judith Barengo.
Sorpresas
Entre las sorpresas de la noche podemos encasillar a la presencia del reconocido Roal Zuzulich, de Herencia y Sibaris. Sacó platos como uno más de equipo.
Javier Rodríguez (dueño de casa) supervisaba el servicio (que se complementó con la cocina de la panadería Bakery 69) y Narda recorría las mesas y hablaba con cada uno de los asistentes a este show en donde no faltó nada.
Paso a paso
Todo comenzó con el huevo pochado con arrope, icónico de El Papagayo y Standard 69 (tremendo). Luego seguimos con platos para compartir: tempura de flor de zuchini, lechuga salanova, roll de papa, hasta ahí con vino Tensión de la Rivera Chardonnay-Semillón 2017.
Los condimentos (en salsas) y complementos (hierbas frescas, flores, cebolla morada y frutos secos) de cada preparación fueron un derroche de frescura en cada paso. Lo que más sorprendió fue la presentación de la ensalada: ¡era un ramo de lechuga!
Lechuga salanova.
El roll de papa no se quedó atrás. Masa de croissant rellena de láminas de papa, con toques de romero. Muy elegante y más cuando se acompañó con un plato con aceite de oliva Zuccardi y cremas de limón y de dátiles con anchoas.
Pinot Noir
También generó comentarios la palta grillada con queso (ídem) a la plancha, ya que generalmente se come fría.
Palta y queso.
Aquí ya entramos en terreno de un delicado Pinot Noir Flores Negras 2019 (forma parte de un lote de apenas 10 mil botellas, un producto «muy de nicho» para la bodega Santa Julia, en palabras de la gerente comercial Ana Amitrano, presente anoche en el evento).
Flores Negras de Santa Julia.
Luego seguimos (siempre con platos para compartir) con un puré de papas cremoso con jugo de carne y cebolla glaseada (delicioso), arroz “enjoyado” y cordero en larga cocción.
Cremoso de papa.
El arroz es como una deshidratación del grano ya cocido, presentado como una tortilla o bien como un rosti acompañado de verdes. Y el cordero, bien húmedo, desmechado luego de una larga cocción, se cocina con especias que lo dejan realmente encantador. ¡Gracias por tanto!
Los postres
Para la hora del postre llegó un vino que sin dudas está siendo icónico de la bodega. Santa Julia Tardío 2018, elaborados con uvas Torrontés y Viognier.
Es un vino suave, ligero, con los perfumes del Torrontés como protagonistas. Se acompañó en la parte final de esta cena con los postres de Narda, que fueron muy intensos. Tarta vasca, merengue de pecorino con higos y bocaditos de dulce de leche.
Merengue con higos.
Irresistibles, como todo lo que pasó por la mesa. Y eso es un gran logro para un servicio de muchos pasos, muy buenos y suculentos todos, sin respiro para los comensales más allá del tiempo (prudente) entre uno y otro.
Fue una gran noche de Narda y Santa Julia en Córdoba. Muy bien por los gastronómicos cordobeses que fueron a probar y a incorporar nuevos sabores ¡Que se repita por el bien de los cristianos!