(*) Por Roberto Colmenarejo
Merlot y Pinot Noir son dos de las cepas más emblemáticos de la viticultura francesa, con una vasta difusión tanto en su país de origen como en el resto de los países vitícolas ya que se estima que la primera es la variedad vinífera tinta más plantada del mundo.
Sin embargo, por alguna razón que desconozco con certeza, estas dos uvas han sido bastante olvidadas en nuestro país, a pesar de que existen casi 7.000 hectáreas de Merlot y más de 1.680 hectáreas de Pinot Noir implantadas en el territorio nacional.
Mi única explicación para esto -que es más bien una suposición personal- es que los consumidores argentinos estamos acostumbrados a beber vino potentes (elaborados por ejemplo con uvas Cabernet Sauvignon, Malbec o Syrah); mientras que las variedades a las que hacemos alusión en esta nota ofrecen casi siempre vinos gráciles y armónicos.
Afortunadamente, esta tendencia parece estar revirtiéndose en los últimos años con la aparición de nuevas etiquetas provenientes principalmente de Mendoza y la Patagonia.
Si quieren rescatar del olvido a estas dos nobles cepas, aquí seis buenos exponentes:
Finca 43ª Merlot S/A ($35): Esta selección arranca con un ejemplar local, elaborado en Colonia Caroya por los jóvenes hermanos Javier y Franco Schiavoni, utilizando uvas de la pequeña finca familiar (de apenas 1,5 ha). Un vino tinto casero que sorprende por su nitidez de aromas y sabores. De nariz frutal y levemente herbácea; acompaña con una boca liviana y veloz, de paso franco, acidez marcada y taninos suaves que sostiene una persistencia breve. Buen producto cordobés para acompañar la picada dominguera.
Trapiche Reserva Pinot Noir 2011 ($58): Esta nueva línea de Bodega Trapiche ofrece vinos sencillos y agradables de beber, en un precio acomodado. Este Pinot Noir se nos ofrece a la vista de un color violáceo de mediana intensidad -quizás algo más de lo que uno espera de la variedad-. En nariz predominan las sensaciones frutales maduras, más algunos toques suaves de vainilla de la crianza. En boca es delgado y muy fluido; repite sensaciones frutales, tiene paso franco, acidez calibrada y taninos casi imperceptibles que sostienen una persistencia media. Tinto ligero, para paella o cazuela de mariscos
Sottano Merlot 2012 ($65): Este es mi vino predilecto de la pequeña bodega ubicada en Agrelo (Mendoza), vinificado por el destacado enólogo Adrián Toledo. Un producto muy bebible, con aromas frutales maduros (ciruelas pasas, confitura de cerezas), más algunas pinceladas herbales y especiados. En la boca es frutado pero seco, de cuerpo medio, acidez balanceada, taninos incipientes y algo rugosos -debido a su juventud-, con una persistencia media Un Merlot muy logrado, en un precio más que razonable.
Salentein Reserve Pinot Noir 2011 ($81): La bodega pionera en elaborar vinos de alta calidad en el Valle de Uco ofrece este tinto de tonalidad sutil y buena tipicidad varietal. Un vino de aromas seductores, que se mueven entre los florales, frutales y terrosos; más suaves sensaciones ahumadas, de tabaco y vainilla provenientes de la breve crianza en roble francés. En la boca muestra una silueta menuda y elegante; repite sensaciones frutales, ofrece fresca acidez natural, taninos atenuados y una deliciosa persistencia. Sirviéndolo algo refrescado, lo imagino magnífico compañero de una bandeja de sushi.
Joffré e Hijas Premium Merlot 2006 ($110): En un mercado doméstico donde la inmensa mayoría de los vinos salen a la venta con muy poca estiba, este tinto elaborado por la familia Joffré en el Valle de Uco es una bendición para quienes disfrutamos de los vinos algo más evolucionados. Una botella que se ha ido puliendo pacientemente con el tiempo, pero que no perdido ni un ápice de su fruta y frescura. Ofrece aromas de frutas rojas maduras -ciruelas pasas- y trazos minerales, combinadas sutilmente con los aportes de la barrica -especiado, ahumado leve-. En la boca es amable y sedoso, repite las sensaciones maduras, con taninos bruñidos y una gratamente larga persistencia. Un tinto casi de “meditación”, para acompañar las charlas de la sobremesa.
Manos Negras Pinot Noir Red Soil 2010 ($125): Nuestra Patagonia tiene condiciones eco-climáticos óptimas para el desarrollo de la Pinot Noir, lo que se plasma en vinos de notable calidad como este proveniente de la zona del Añelo (Neuquén). Esta elaborado por Alejandro Sejanovich, un ingeniero agrónomo de dilatada trayectoria en la industria vitivinícola argentina. Un tinto gentil y refinado, de color bordeaux pálido. Sus aromas son sumamente austeros (frutas, setas, hojas secas); pero luego en la boca explota de frescura, mineralidad y sabores a frutas rojas ácidas. Es un vino vibrante, fluido y con los taninos firmes pero muy delicados; de esos que te invitan a beber copa tras copa. Maridaje perfecto para unos pescados de rio a la parrilla o al horno de barro.
¿Y ustedes, tienen algún Merlot o Pinot Noir entre sus vinos preferidos?
(*)Sommelier y docente – [email protected]
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