Qué es el “descorche” y cuánto pagar por él en un restaurante

Por Yeny Ortega Benavides (*)

El vino es un gran protagonista en toda buena cena o velada. Es por eso que cada vez son más los locales gastronómicos que prestan especial atención al armado de sus cartas de vinos y aggiornan sus cavas con botellas especiales.

Aunque no es lo más común que la gente lleve su propio vino al restaurante, a veces tenemos esas perlitas que queremos compartir en un festejo o reunión especial y no siempre el escenario es la casa.

Pensando en esto, desde hace algunos años los locales gastronómicos han implementado una práctica que gana cada día más adeptos: el “descorche”.

Qué es el “descorche”

Se llama “descorche” al monto que cobran los restaurantes por permitir a un comensal llevar al restaurante su propio vino y consumirlo en el lugar. Ahora bien, hay algunas consideraciones a tener en cuenta para saber cuándo conviene y cuál es el sentido de esa alternativa.

Lo primero que vale aclarar es que el “descorche” es una opción y no una obligación para los establecimientos gastronómicos. Es decir que no todos los restaurantes lo admiten y están en su derecho de no hacerlo.

Por otra parte, la mayoría de los restaurantes que lo admiten tienen una premisa como condición: que el vino que el comensal lleve no sea una botella que esté en su carta de vinos. Es lógico, ya que el sentido del descorche es, justamente, poder consumir en un lugar especial una botella de vino poco común.

Llevar ese vino especial para compartir en tu restaurante preferido.

Cuánto pagar

Es la duda más frecuente. Si bien no hay ningún tipo de reglas respecto al cobro de «descorche«, la tendencia generalizada es que el establecimiento cobre por ese servicio el precio de la botella más barata de su carta de vinos. Hay que decir, además, que el restaurante está en su derecho de establecer un precio diferente, en cuyo caso debe informarlo al cliente.

El descorche es una medida que responde al gusto de tomar un buen vino en un momento especial, no debe verse como una medida para pagar menos por un vino. Es así que la botella que el comensal lleva debe justificar la inversión de la compra y valer el descorche.

No apto para tímidos

Aunque en Argentina es una práctica relativamente reciente, los restaurantes de otros países la implementan hace bastante tiempo.

La mayor barrera suele estar dada por el comensal, a quién le puede generar cierto recelo que lo vean tanto llegar como retirarse con una botella de vino de un restaurante (recordemos que hace un tiempo era impensado pedir el corcho y llevarse el vino que quedaba en la botella).

Como siempre recalcamos desde Circuito Gastronómico, lo más importante es la comunicación. El “descorche” es un servicio que, entendiendo su verdadero sentido, vale la pena ofrecer como local gastronómico, y aprovechar como comensal. La sugerencia es consultar previamente llamando o escribiendo al restaurante, para no quedar en la puerta con una buena botella de vino en la mano.

(*) Periodista gastronómica

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